Estas tierras no empezaron a estar pobladas hasta bien entrado el Neolítico
Estas tierras no empezaron a estar pobladas de forma estable, hasta bien entrado el Neolítico, unos 3.000 años antes de Cristo, si bien es bastante posible que mucho antes, incluso durante el Paleolítico, ya se había recibido la visita de algunos grupos más o menos numerosos de cazadores nómadas, como lo prueban los hallazgos de algunas piezas de silex, hachas de piedra pulimentada, molenderas, etc.
Durante la edad del bronce, (1.800 – 800 a. de C.) nos ocupan pueblos de metalurgistas y pastores que empiezan a ser más estables. La edad del hiero es la definitiva para el asentamiento de pueblos sedentarios que practican la agricultura. De estos pobladores se conocen asentamientos y restos de su cerámica, con lo cual su presencia está bien atestiguada.
No hay duda de que el pueblo Vacceo ocupó esta zona
Del pueblo Vacceo no nos queda ningún resto aunque no hay duda de que también ocuparon esta zona. En las proximidades de Monzón existió un asentamiento Vacceo llamado «Alba» que era una de las que formaron la Comunidad de las Nueve Villas de Campos.
De la presencia romana ya tenemos más constancia en esta tierra, además de los numerosos topónimos que aparecen en la zona, (Quintas, Quintanillas, etc,) es posible que en las cercanías estuviera situada alguna villa romana, a juzgar por varios hallazgos efectuados en la zona.
Del paso de los Godos nos queda la necrópolis del Castellar en Villajimena y un par de aras encontradas en Monzón, en lo que pudo ser un cementerio de la época con reutilización medieval.
Nuestras tierras sufrieron una progresiva despoblación hacia el norte
Antes de la llegada de los árabes, nuestras tierras sufrieron una progresiva migración de gente hacia el norte, debido, quizá, a epidemias prolongadas, sequías u otras causas. El bajo índice de población existente al norte del Duero, fue reforzado por la política despobladora realizada por Alfonso I en las ciudades más importantes, quedando el territorio prácticamente desierto.
Por el año 866, Alfonso III “El Magno”, inició la repoblación de toda esta tierra vacía con idea de llevar los límites del reino astur hasta el Duero. Esta repoblación se efectuó principalmente incorporando elementos mozárabes de al-Andalus y al mismo tiempo iba nombrando Condes que se encargaran de defender sus territorios de las incursiones árabes.
De la fundación de Monzón no existe una fecha concreta pero sabemos, por un documento de la catedral de León, como en el año 904 esta ciudad, pues sólo las ciudades tienen suburbio (sub-urbs), era capital de un territorio jurisdiccional que comprendía lugares como Cisneros, Quintana Mediana, Santa María de Carejas, El Campo y otras aldeas. (A. C. L., Libro Tumbo, cód. 11, fols. 347vº-348rº. Procede del monasterio de Santiago de León).
Monzón se convirtió en cabeza de un importante condado dependiente del Reino de León.
El territorio jurisdiccional dominado por Monzón parece indicar que ya en el año 904 existía el Condado y era su capital. La importancia política y militar del mencionado enclave abarca, prácticamente, todo el siglo X. La familia que lo regentó fue la de los “Banu-Ansúrez”; siendo sus miembros y Condes de Monzón: Fernando Ansúrez. Asur Fernández, y Fernando Ansúrez II, hermano de Teresa Ansúrez, reina de León por su matrimonio con Sancho I “El Craso”, madre del rey de León Ramiro III “El Joven”, abadesa de San Pelayo de Oviedo y santa por aclamación popular; su festividad se celebra el 25 de abril.
Tras la victoria de Simancas del verano de 939, Ramiro II, gracias a la importante colaboración en la batalla del Conde Assur Fernández, emprenderá una reforma territorial que llevará los límites del Condado de Monzón a su máxima extensión, englobando ciudades como Peñafiel, Sacramenia o Cuéllar, siendo su frontera Sur el río Duero.
A la muerte de Fernando Ansúrez II, decae la importancia del Condado de Monzón.
La irrupción en la escena político-militar de al-Andalus de Almanzor, supuso para los Reinos Cristianos del Norte un retroceso territorial de dos siglos; sobre todo para el Reino de León y sus condados. La capital es tomada y la reina Teresa Ansúrez toma los restos de San Pelayo y huye a Oviedo; Fernando Ansúrez II, su hermano, muere en la defensa de Cuéllar contra las huestes de Almanzor; el condado de Monzón queda sin gobierno y “las posesiones en Campos” son dadas por la madre abadesa Teresa Ansúrez, heredera legal, a un tal Zuleimán para que las administre. (Historia documentada del Condado de Monzón).
La merindad de Monzón.
Con la desaparición de los condados, el de Monzón sufre grandes amputaciones en su antiguo territorio; a pesar de todo vemos como en los años 1090 y 1095 ya gobierna el enclave un merino:
“Monium Didaz, marinus de Monzon, conf.” (A. C. P., Arm. 3, leg. 1, docs. 9 y 10).
Lo cierto es que cuando en el año 1352 se redacta el “Becerro de las Behetrías”, la Merindad de Monzón es una realidad, comprendía 97 entidades, entre las que se hallaban, entre otras, Frómista, Villamuriel y Herrera de Pisuerga; por el norte, como el antiguo Condado de Monzón, incluía La Ojeda.
Sancho Sánchez de Rojas recibió el Señorío de Monzón en la era 1389, que se corresponde con el año 1351.
De la siguiente forma da comienzo el Memorial sobre la villa de Monzón y su vinculación con el Marquesado de Poza:
“La villa de Monzón con su fortaleza, torre, aldeas, con la de Valdespina, términos de unas y otras, valles, montes, prados, pastos, molinos, azeñas, huertas, dehesas, viñas, tierras, casas, martiniega, portazgo, recuaje y todas las otras cosas que pertenecen al cillero de Monzón, las rentas, pechos, divisas y servicios, justicia, señorío, mero misto imperio e demás cosas, escepto el derecho de hospedage y minerales; fue dado por el rey de Castilla, don Pedro 1º, a Sancho Sánchez de Rojas, su vallestero y copero mayor, en Sevilla a 20 de enero, era de 1389, que corresponde al año 1351; confirmado y dado privilegio en las Cortes de Valladolid el 31 de octubre dicho”. (A. H. N., Sección Nobleza, Archivo de los Duques de Baena; sig: BAENA, caj. 236, doc. 66).
Sancho Sánchez de Rojas, I Señor de Monzón, construyó el palacio amurallado en el lugar que hoy ocupa el ayuntamiento y del que se conserva una buena parte de la muralla, algunas columnas y arcos instalados en la plaza y una ventana de doble arco colocada en la iglesia del Salvador. Posiblemente fuera el responsable de la reconstrucción del castillo, pues su escudo está labrado sobre la puerta que da acceso al patio de armas.
Otro Sancho de Rojas, señor de Monzón a finales del siglo XV, donó a la Iglesia del Salvador el retablo de Nuestra Señora de los Ángeles, que estuvo instalado en la capilla del palacio. Contiene la siguiente inscripción:
“O mater Dei. Memento mei. Este retablo mandó hacer el Señor Sancho de Rojas”.
Poza de la Sal entró dentro de las posesiones del Señorío de Monzón por el enlace de Diego de Rojas y Pereira, VII señor de Monzón, con Elvira de Rojas, V señora de Poza. El hijo de ambos, Juan de Rojas y Rojas, será elevado a la categoría de marqués de Poza por Carlos I en 1530; razón por la cual los Señores de Monzón llegaron a ser Marqueses de Poza de la Sal.
El señorío de Monzón junto con el Marquesado de Poza fue absorbido por otros títulos nobiliarios, hasta su extinción definitiva por la Ley de Desvinculación de los Mayorazgos aprobada definitivamente el 19 de agosto de 1841, ratificando la de 1820.
Las primeras sesiones para la constitución del Consejo de Castilla y León fueron celebradas en el actual castillo de Monzón de Campos; dando comienzo con la reunión de la Asamblea de Parlamentarios, en dicho lugar, el 31 de octubre de 1977.
La Asamblea se constituyó en Ente Preautonómico en Monzón de Campos (Palencia) el 22 de julio de 1978.
Meses después, el 9 de octubre de 1978, los reyes Don Juan Carlos I y Doña Sofía se alojaron en el Castillo de Monzón.
Algunos objetos procedentes de Monzón dan testimonio de la importancia multisecular de nuestra villa:
- Un precioso bifaz de sílex obra el Museo Arqueológico Provincial de Palencia.
- En el Museo del Louvre de París existe un león de bronce de origen califal que fue ilegalmente pasado por el pintor Fortuny a su estudio de Roma. Procede de Monzón de Campos, no de Monzón de Río Cinca.
- Compañero del anterior, también decorado con una inscripción cúfica, es el mortero de bronce que se custodia en el Museo Balaguer de Vilanova i la Gentrú.
- Dos lápidas hebreas con inscripción, halladas en Monzón, fueron trasladadas a la Sinagoga del Tránsito de Toledo, donde continúan. Una tercera fue descubierta hace algunos años.
- En su iglesia parroquial podemos contemplar el retablo de Nuestra Señora de los Ángeles, maravilla de tablas hispano-flamencas donado por un miembro de la familia Rojas.